domingo, 27 de septiembre de 2015

Lavanderías autoservicio, el nuevo modelo de negocio de éxito.

Las Lavanderias Autoservicio acaban de aterrizar en España y ya tienen un extenso hueco de mercado por cubrir.

Las lavanderías autoservicio son el concepto de negocio del futuro. Se adaptan a los nuevos hábitos sociales y disponen de un amplio segmento de población dónde actuar: 3,2 millones de hogares españoles compuestos por una o dos personas.

Así funciona una lavandería autoservicio. El sector de las tintorerías es uno de los ámbitos que más y mejor se ha desarrollado en el mercado español en los últimos años y eso se deja notar en las cifras.

Desde 1999, la evolución en el número de establecimientos se ha ido incrementado progresivamente. El resultado son más de 1.500 tintorerías operativas actualmente, pertenecientes a unas 25 redes, lo que ha permitido asentar las bases para un sector que marcha pero que también tiene que evolucionar.

Los cambios en las costumbres y los hábitos sociales, la escasez de tiempo, las prisas y el alto índice de población rotatoria que precisa de ciertas comodidades han obligado a este sector a tomar medidas y a ofrecer conceptos nuevos adaptados a estas necesidades.

La respuesta ha sido la irrupción en el mercado español de las lavanderías autoservicio.

En España, es un concepto relativamente nuevo, mientras que en otros países europeos y en EEUU forman parte de su sistema de vida. El potencial es enorme, especialmente para enseñas extranjeras que observan con avidez las oportunidades de nuestro mercado.

Por eso, y a pesar de las reticencias que pudiera levantar en un principio, su crecimiento está siendo veloz.

Considerado un modelo norteamericano con pocas expectativas en nuestro país, las lavanderías autoservicio se están afianzando, abarcando un amplio segmento de la población para conseguir abrir su propio hueco de mercado.

Las zonas costeras y turísticas primero, y los centros de las grandes ciudades (donde se concentraba un alto índice de población flotante entre universitarios e inmigrantes) han contribuido al éxito de este nuevo concepto.

Quizás lo que más cuesta asimilar de este concepto, especialmente al principio, sea su carácter de autoservicio. Las lavanderías son locales adaptados con maquinaría de la más alta tecnología pero que tienen una particularidad: no necesitan personal para que las hagan funcionar. Todo está automatizado. Cada lavandería dispone de 4 o 5 lavadoras y 2 o 3 máquinas secadoras, este número aumenta o decrece según la superficie del local, todas ellas llevan incorporadas un monedero prepago.

El elemento característico de este negocio es su capacidad de dar servicio. Las lavanderías autoservicio están dirigidas a un segmento de población cada vez mayor y con necesidades cada vez más específicas. Esto hace que sus establecimientos permanezcan abiertos la mayor parte del tiempo: jornadas laborales completas, festivos y fines de semana inclusive. Su sistema de trabajo invita a que los horarios se alarguen al máximo, por lo general desde las siete de la mañana hasta las once de la noche, durante los siete días de la semana.

Esto se traduce en un constante proceso de ventas, ya que abarca un segmento de clientes muy importante. Los ingresos son mayores y el franquiciado no tiene que hacer frente a grandes gastos. Su sistema de funcionamiento es muy sencillo, en el autoservicio es el propio cliente quien lava y seca su ropa.



Por lo tanto, a no ser que la lavandería incluya otros servicios añadidos a la clientela u ocupe una gran superficie, no necesitará emplear a una persona. Si por el contrario opta por incorporar una zona de mostrador, entonces con una o dos personas será suficiente para recibir, ordenar y entregar la ropa, aunque por lo general, este tipo de lavanderías prescinden de la zona de mostrador.

En el local puede encontrar todas las máquinas y elementos necesarios para ello. Las lavadoras disponibles tienen una capacidad para 8, 13 y hasta 16 kilos de ropa. Lo más común es que en un establecimiento de lavandería de 40 m2, hay espacio para 4 o 5 lavadoras y 2 o 3 secadoras y un dispensador de detergente y suavizante. Todas ellas con un sistema de monedero pre pago que puedan ser utilizadas cómodamente. Todas las máquinas están diseñadas y fabricadas con el fin de ser lo más prácticas, sencillas de utilizar y resistentes al uso.

El franquiciado ahorra también en consumo de agua y energía, ya que se procura que el gasto de las máquinas sea lo más reducido posible.

Las lavanderías consiguen convertirse en un establecimiento cercano, prácticamente "de barrio", al que los clientes acuden a diario para lavar prendas de todo tipo. Esto supone para el negocio un avance importante, ya que rompe con la estacionalidad que desde siempre ha caracterizado a las tintorerías del sector que acumulaban gran parte de su trabajo a principios de temporada. Las lavanderías amplían sus servicios a todo tipo de prendas, desde las más sofisticadas o complejas de lavar hasta las que se usan a diario, por lo que los ingresos son más constantes y el negocio no sufre parones estacionales.



No se necesita ningún permiso especial para montar una lavandería. Lo único que se requiere es una salida de vahos o un permiso para instalarla en la finca de la propiedad o comunidad de vecinos. Tampoco es necesario realizar una gran obra civil. A partir de 30 m2 de superficie se puede montar una lavandería autoservicio. Sin embargo, las dimensiones de un local pueden alcanzar hasta los 120 m2.

Es muy importante su ubicación. Se trata de un servicio especializado que debe llegar directamente al consumidor y éste hacer uso de él, por ello las zonas céntricas, de gran tránsito de personas o las áreas de colectivos como las zonas de esquí y montañas, universitarias o turísticas son las que ayudan al éxito de este negocio.

Muchas enseñas han comprobado como la incorporación de otros servicios añadidos en el mismo local contribuyen a incrementar los ingresos de sus establecimientos. Los arreglos de ropa, el servicio de plancha o incluso la posibilidad que ofrecen algunas lavanderías de combinar su formato con algunos servicios propios de tintorerías como la limpieza o el lavado en seco de pieles, alfombras, mantas, etc, hacen de este negocio una oportunidad mucho más atractiva.Mercado potencial

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